domingo, 21 de marzo de 2010

Fémina

Ella mira. Busca que todo le devuelva una imagen para recordar siempre, para atar a olores, para tener su mundo vivo en la memoria toda su vida; se llena de imágenes, porque sabe que cuando ya no pueda volver a verlas, podrá sumergirse en ellas y sentirse de nuevo.

Ella escucha. Presta tanta atención a los sonidos, que puede distinguir más de veinte gotas de lluvia distintas sobre el tejado; el sonido de la respiración de su otro yo, la música de su pelo acariciado, al viento jugando a despeinar la copa de los árboles; el tic tac del reloj- de su corazón- las noches en vela, porque no puede dejar de sentirse viva y quiere seguir corriendo y jugando, y no puede-ni quiere- calmarse y dormir.

Ella siente. Siente frío, calor, temblores, cosquillas, siente miedo, sobre todo miedo... pero tambien siente amor. Siente dolor, angustia; a veces siente tantas cosas que es dificil determinar qué siente; esas veces descubre a la otra, intentando ocultarle a ella misma qué es lo que realmente siente, disfrazada de muchos otros colores de sensaciones, pero cuando logra descubrirla-descubrirse- se siente.

Ella ríe. Ríe tanto que se le escapa el alma por la boca y parece casi flotar hasta alcanzarla y dominarla de nuevo. Ríe con esa sonrisa que de verla se le llena a uno el corazón de mariposas y colores, y dan ganas de abrazarla para contagiarse de esas cosquillas que la recorren entera.
Se ríe de felicidad, de nervios, de sueños cumplidos en la almohada, y a veces para no llorar...
pero cada vez que sonríe el mundo se ilumina.

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